Oro a dioses del olimpo en el cuadrilátero de La Matanza porque mi fe no tiene color ni paraíso bíblico . Cuanto asciende de mi rancia alcurnia se convierte a una fe ciega que descree de cualquier abolengo. Corro con el cristo entre los labios aunque no crea en ese súper héroe de historieta. Estoy lisiado en mi fuero más íntimo y las plegarias me producen náuseas, por lo que huyo entre gallos y media mañana arrancándome cruces del pecho