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PATAGONIA II. Magallanes y el estrecho

 

Por los glaciares del estrecho

se aventuró Magallanes;

marejadas de frio viento

apretaban, retador su pecho.

Reflejos de cristal,

tempestuosas aguas,

sin horizonte a la vista.

Montañas blancas

-coronadas de hielo-

guardianas eternas

de secretos australes

descubrieron al navegante

y sus temerarias naves.

Caminos invisibles

bajo grises nubes

esconden el miedo

y la esperanza

de sorprendidos marineros.

 

Entre glaciares y viento

la tripulación en travesía,

rasgando la niebla

con velas desplegadas;

cada ola un desafío,

cada ráfaga un susurro

de gloria y sacrificio

en las aguas del sur.

 

Mientras, curiosos observaban,

aquel inusual hecho;

de mar, los leones

y de blanquinegro traje;

los pingüinos -que son aves-

Las ballenas surcan las olas

como gigantes dormidos

sus cantos resuenan

en la inmensidad del olvido;

glamorosas, imponentes

inquietaban al navegante.

En comparsa acompañaban,

al compás de las olas,

los alegres delfines

entonando sus odas.

 

!Patagonia, rebelde naturaleza!

-única en el mundo-

formaste un puente de agua,

entre dos océanos profundos.

Escenario perfecto

para una gran hazaña.

uniendo para siempre;

el comercio y las culturas

y el encuentro de dos mundos.

 

Por los glaciares del estrecho

donde la tierra termina

y da comienzo el mar,

la leyenda de Magallanes

aún ha de navegar

siguiendo un faro de audacia

en la eternidad el tiempo.