La noche, con su manto plateado, cubre.
Las calles desnudas, donde el viento susurra.
Solo su luz, fría y serena, descubre
Los secretos que la sombra esconde en su fase.
Un par de amantes, bajo el lunar fulgor,
Se esconden en sombras, susurrando amores.
La luna, celosa, oculta su esplendor,
Mientras ellos se abrazan, en cálidos olores.
Joven veloz, huye de la noche oscura,
Siguiendo un ritmo frenético y veloz.
Detrás, dos sombras, con voz que conmociona,
Gritan: “¡Ladrón!”, en la oscuridad.
Almas en la calle durmiendo en el suelo,
Botellas rotas, ilusiones que se van.
Prostitutas y señores, en la noche se ocultan,
Y el mar, turbulento, danza en su ritual.
Mientras la luna, con su pálido resplandor,
Ilumina horrores y dulces ensueños,
Patrullas y ambulancias, un melancólico rumor,
Se pierden en la oscuridad, de sus más profundos pliegos.
El aire, cargado de sal y de anhelo,
Envuelve los sentidos en un suave velo.
Los pasos se pierden en el asfalto mojado,
Y el corazón late al ritmo de la ciudad callada.
Así es mi ciudad, un enigma sin igual,
Un lienzo en blanco donde todos pintamos.
Entre sus calles, mil historias pasarán.
En cada esquina, un nuevo amor que encontrar,
y una nueva historia que contar.