Tus hijos no siempre serán tus hijos;
tienen que volar, DEBEN VOLAR;
buscar sus propios caminos
y aprender a caminar solos.
A cierta edad, DEBEN empezar a aportar
por más que te sobre a ti para despilfarrar.
La dependencia crea perfectos inútiles
por culpa de progenitores alcahuetes,
y sobreprotectores que se matan
y desviven heredando nenas y nenes
a esta pobre y sufrida patria mía
que le urge manos que construyan
y que no solo se extiendan para esperar.
A cierta edad, un hijo DEBE salir de casa,
y usted NO DEBE por sentimentalismos
ser cómplice de frágiles e intocables
princesas y príncipes que no sepan
enfrentar la vida ni conducirse por este mundo.
A cierta edad, si ve que no quiere dejar el nido,
usted como buen padre y buena madre,
DEBERÁ hacer todo para que se vaya,
cortarle las ramas bajo sus pies,
para que no sea gallina de corral
quien nació águila para ver el cielo.
Dale raíces y alas, y quítate de su camino.