Iset

Cenizas

Su vida fue como un sueño que se desmorona en un segundo, siempre abrazando un lecho de espinas que se encargaba de consumirla. En el camino recorrido, fue perdiendo amistades y personas que quería, y aún así no sabía por qué seguía caminando. Su personalidad dividida como en una ratonera, temblando de ira y miedo, desmoronando su mundo entre sus dedos. Con la mente firme y la frente en alto, todos dicen que no la entienden, que es muy rara y nunca expresa lo que siente. Les cae mal porque jamás llora ni es sentimental, como una estatua que solo busca adornar. No hay palabras que expresen por qué está sola, condenada a estarlo.