En la senda de la fe, se alzan voces que dividen,
como en Pérgamo antaño, donde algunos decidieron
fomentar sectas y cismas, desviando el camino recto,
mas Jesús, con firme voz, su rechazo manifestó.
Tiatira, en cambio, supo las sombras de mal evitar,
y en su lucha por la verdad, Jesús vino a felicitar.
Aquellos que en espíritu flaquearon, engañados fueron,
más el llamado al arrepentimiento, a sus puertas golpeó.
Como ellos, hoy día, debemos de errores aprender,
rechazando falsas doctrinas, buscando en la fe crecer.
Los apóstatas, con máscaras de piedad, pueden engañar,
más su poder vacío está, pues la devoción verdadera negarán.
Estudiantes de la Palabra, con diligencia debemos ser,
para que el engaño y la mentira podemos claramente ver.
Y así, en nuestro andar, la falsedad podremos rechazar,
aferrándonos a la verdad, que en las Escrituras podremos hallar.
Importante es, sin duda, que nuestra adoración sea sincera,
que Jehová la acepte, y en nuestro corazón, Él la quiera.
Si el camino torcido tomamos, sin demora corregir debemos,
pues en la rectitud de nuestro actuar, a Jehová honramos.
Que la enseñanza pura sea la guía de nuestro vivir,
y en la búsqueda de la verdad, nunca dejemos de insistir.
Que la devoción genuina sea la luz que ilumine nuestro ser,
y en el amor de Jehová, siempre podremos permanecer.