Mercedes Bou Ibáñez

La mosca cojonera

 

La mosca
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Romance
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Encontré por mis archivos
la décima de la imagen
y vi también un poema sobre una mosca
que publicó Antonio Reina Moreno
y eso me llevó a hacer este romance.
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Una mosca pizpireta,
con ganas de cachondeo,
por mi escritorio volaba,
con su zumbido molesto.
Me seguía la interfecta
cual sigue la cola al perro,
intentando perturbar
mi solaz y mi sosiego,
mas yo no estaba dispuesta
a seguirla en su ajetreo.
.
Con un vergajo en la mano
le lanzaba golpes ciegos,
tratando de acogotarla
con un porrazo certero,
pero escapó de mi alcance,
con acrobacias de vuelo
y sin pudor ni vergüenza;
¡A dar porsaco de nuevo!
Creo que la guarrindonga
me estaba tomando el pelo.
.
Volaba la muy traviesa
en osado desconcierto,
tan pronto estaba en el hombro
como posando en mi pecho:
¡Cómo, de mí se burlaba,
el maquiavélico insecto!
.
Con mata moscas en mano
y ni una pizca de miedo,
como torero en la plaza
me salí del burladero
y encomendándome a Dios
me fui hasta el centro del ruedo,
para enfrentarme al morlaco
y terminar este duelo
dispuesta a ponerle fin
al bicharraco indigesto.
.
Armándome de valor
y un raquetazo certero,
de un golpe logré acabar
con aquel terrible infierno
y de alegría un suspiro
me recorrió todo el cuerpo.
.
Ya de los nervios calmada,
con un buen vino del Duero,
me dispuse a celebrar
el final de ese concierto
cuando de pronto escuché,
un horripilante estruendo,
como un zumbido infernal,
y no piensen que exagero,
que por Dios les juro, créanme,
lo que vi sobre mi techo;
Eran setecientas moscas...
Que vinieron al entierro.
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Mercedes Bou Ibáñez