Tengo la cabeza llena de flores
y la boca llena de pájaros alegres.
Bésame, no esperes:
quema mis labios
y muerde mi lengua
dulce, amarga, lentamente.
Roba mis palabras
y ponlas en tu garganta;
di que me amas
hoy menos que mañana.
El corazón no miente.
Guárdame en tus ojos
un instante o para siempre;
tú eliges por nosotros.
Nuestro tiempo es diferente.
Siempre es ahora,
y el segundo siguiente,
hasta la aurora
o hasta la medianoche.
Tengo la cabeza llena de flores
y la boca llena de pájaros alegres.
¿Quieres su jaula?
¿Quieres sus alas?
¿Los quieres?
—Felicio Flores