El amor empezó pequeñito,
hasta el primer besito…
de mejilla apenas,
pero tus ojitos
pidieron más.
Poco a poquito
el beso se paso a la boquita…
ya nada pudo impedirlo,
el amor llenó
nuestros corazones.
A tal punto,
después de algunos añitos,
que hoy es necesidad.
¡ Por siempre !
tus labios y mis labios
¡ uno son !
© Saulo García Cabrera
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