Manuel.Cadavid

Humear

¿Cómo la noche se ahonda en dos filas?

Fulgor parido enciende la noche,

primeros trazos se abren al cielo y te hacen querido,

líneas consumidas sin camino,

guiadas por el viento al que confío

libres pensamientos, palabras y aullidos,

nacidos en luz opaca,

vivida por cada uno de mis suspiros,

arañada y negra por lo que miro,

inhaló,

exhaló,

veo cómo se van con mi respiro

dos caminos que aún no olvidó.

 

El infante presente sin alivio,

susurra mentiras a mi oído;

el joven pasado presente,

toca un alma con un cuchillo;

un ser sonriente en dualidad de dos caminos,

escondido de los sin sentidos;

futuro cándido en lo leído,

brotado de flor encendida.

 

Lo veo, existe, una vida, dos hilitos,

se pasan, por mentes, campos, desiertos,

montañas y abismos,

solo está, tan simple, ni lo habito,

presencia sin alma, como muerte, aquel copito,

negrete tan brillante es el único camino

que guía sin ser comprensivo.

Es la tierra para la noche,

como estrella al espíritu.

 

Solo palparlo,

unos labios,

suspirarlo,

saborearlo,

despedirlo,

desearlo,

repetirlo,

gozarlo,

tranquilo,

sin ruido,

sin oxígeno,

presagio de muerte.

 

Atrae el mundo, minimizando,

te hace sentirlo, lo siento, lo quemó y me quema,

como chocolate, pero al alma,

tan agrio que trae consuelo,

calma las penas, las hace suyas, las abraza y las abrasa.

 

Mirarlo es mirar el tiempo,

poder palparlo y casi beberlo,

entra y te abandona,

encerrarlo es imposible, como perro salvaje,

el consuelo es instante,

si fuera eterno traería un desastre.

 

Aquellas olas que te dejan a solas,

libres porque carecen de sentido,

libres porque carecen de olvidó,

libres porque no tienen memoria,

solo las observas más no te observan,

te lanzas, nadas, te regresan, otra vez lo intentas,

las navegas, surfeas, te ahogan.

 

Se consume, se muere, me muero,

el tiempo acaba,

el corazón se para y el respiro se marcha,

se oscurece, no ve nada,

te estrellas cuando el mundo te atrapa.

Tirado, abandonado,

extrañando su saborcito.