Sobre mis huellas regresé extravagante y aturdido.
Regresé de la tumba, del silencio intempestivo
entre pequeñas luces asediadas por la bruma.
Desperté entre el excéntrico olor de la muerte,
despojado de la ternura entre gélidas caricias que recorren
mis pómulos de hueso.
Desperté entre brujas, entre visiones desesperadas
entre grises y satíricas pesadillas y las ausencias marchitas
que sobre la noche descansan.
Contengo el miedo, la vida me abraza,
difumina los susurros espectrales que me paralizan,
me asedian y encadenan.
Dibuja palabras en audaces en canciones
en las fronteras, sobre los restos de mi carne.
Allí las ataduras se esconden, una tras otra
se disuelven en recuerdos, en el sobrio camino.