Si conoces tu verdadero valor, no perecerás. La razón, es tu luz y tu antorcha de la verdad. La razón es la fuente de la vida. Tenemos conocimiento para vernos con nuestras flaquezas y también con nuestras fortalezas. Si nos quitáramos la paja que tenemos en nuestro ojo, podemos ver la de nuestros vecinos. Debemos examinar cada día nuestra conciencia, y subsanar nuestras faltas si no cumplimos con éste deber, no seremos fiel al conocimiento y la razón que hay dentro de nosotros. Es bueno observarte como si fueras tu propio enemigo. No puedes aprender a gobernarte mientras no aprendas primero, a gobernar tus pasiones y a obedecer los dictados de la conciencia.Si cumplimos con estas premisas, estaremos mucho más satisfechos de poder seguir caminando por los senderos y vericuetos de la vida.