Sergio Alejandro Cortéz

Grullas

Acabo de soñar con Ana Frank.
Nos servimos un té
sobre un escritorio pequeño

mientras, desde el vapor
se levantaban las grullas
con ramas de canela entre sus picos.

Volaban bajo el bombardeo,

luego se posaban sobre las
cornisas de las fábricas

devastadas.


Pensé:

a veces es necesario

alzar el peso del dolor porel aire,
llevarse uno

hasta la parte más alta

aunque hayan derribado la cima.

Cada herida

que llevamos en el vuelo
es una rama más

del refugio que vamos construyendo
para salvarnos.

 

Sergio Alejandro Cortéz

Villa Dolores, Córdoba, Argentina.