Está oculto en su piel, en su cabeza, nunca la suelta, jamás está sola si está con ella. Tan tóxico y amargo que le desespera, vive creyendo que se ríe de ella.
Devora sus sueños, roba sus ilusiones, ama tanto verla sufrir y su piel desgarrar.
Un amor tan abusivo y dependiente, que acaricia suavemente, pero en su regreso la consume y le hace sentir culpa, desde las sombras la controla donde no lo ve ni lo toca, nadie a quien reclamar por el mal que le ocasiona.
Buscando a tientas cómo escapar, pero siempre la encuentra en algún rincón remoto e inexplicable donde le dicta ideas desagradables, no consigue arrancarlo de su piel por mucho que lo intenta.
Su propio enemigo está en su ser, y no entiende el porqué, por mucho que lo intenta nunca logra estar bien.
Cada día lucha y pierde, sin querer desaparecer, la desesperación la envuelve, sin saber qué hacer.