José Fas Fonfría

TE VENDES POR UN BESO.

TE VENDES POR UN BESO

Nuestra relación, está en una vía muerta,
y no circula por el sendero correcto,
nuestro amor no es lo que era.
Parece, como si se te hubiera perdido la pasión,
o te hubieran robado, la fogosidad de antaño.
Noto a faltar en ti el deseo que otrora
llevabas marcado a flor de piel.
No eres la mujer que yo amé,
y que tanto sigo amando.

 
Siempre estás como ausente,
como si no te importara lo nuestro,
aunque, también es verdad, que llegado
el momento, vendes por un beso,
tu entrega y tu pasión, al igual
que Esaú vendió su primogenitura
a Jacob, por un plato de lentejas.


Pero... al principio, también
lo rechazas, lo rehúyes, aunque...
te acabas rindiendo y claudicas
ante la insistencia de mi boca…
saboreando el néctar de la tuya,
para terminar, intercambiándonos
nuestros lascivos jugos bucales.

 

Y entonces, te entregas a mí,
como siempre lo habías hecho.
Al roce de mis labios con los tuyos,
vuelves a ser la mujer de siempre,
la amante necesitada de amor,
la dama desesperada e insatisfecha
que eras, cuando te conocí.

 

Y ya, todo vuelve a la normalidad
y nos amamos apasionadamente
como acostumbrábamos siempre.
Te beso, te quiero y te amo, y tu...
me besas, me quieres y me amas.
Me haces feliz, y la felicidad
irradia también por tus ojos...
que beso y acaricio también
con desenfrenada pasión.

 

Y, siempre acabamos los dos,
completamente satisfechos.
Aunque en mí, queda siempre
la maldita duda, de que...
acabas vendiendo por un beso,
tu entrega y tu pasión, al igual
que Esaú vendió su primogenitura
a Jacob, por un plato de lentejas.