Alexandra L

Alba

Hay una luz que se filtra por las rendijas del alma
apenas y perceptible, tenue luz de la esperanza
empuja la línea oscura que al horizonte se abraza
resplandor  que se revela pero a liberar no alcanza.

Un rumor de voces nuevas invitando a la avanzada
más solo queda el murmullo en gargantas desgastadas
canto a cantar en silencio porque la prudencia llama
pero el grito es inminente brotando de las entrañas.

Huele a pólvora encendida, la sangre sabe a mañana
un puñal que se levanta descargándose en la espalda
de la muchedumbre hambrienta, masacrada, abandonada
que terrible es el dolor y que profunda la rabia.

Hay una brisa de aliento que baja de las montañas
tomando fuerza en los montes y que en los llanos arrasa
murmullo que va en creciente y que al miedo resquebraja
bofetada que derriba al silencio que amordaza.

Sangre y sudor en las calles, la injusticia desbocada
crueldad que hiere los ojos, va la muerte enmascarada
entre el humo y la metralla más no rinde el atropello
es la hora de cobrar, la batalla fue ganada.

La claridad que se asoma es libertad secuestrada
rehén de las ambiciones tras una férrea alambrada
derecho y deber de todos hacer renacer el alba
traiga el sol la nueva vida, la vida de tantas almas.