la ceniza del cigarrillo consumido
se deshace y desmorona sobre sí misma
como mi cuerpo desperdigado en alma muerta
como el hormigón en las paredes de la casa que hoy habito
aunque quiera las cenizas se vuelan, frágiles
como mi cuerpo, como mi casa, como mi alma
nada queda que la mantenga unida
nada hay que conjunte los restos
la perenne y subyugada existencia de mi corazón andante
llega a su fin con cada resoplo de humo
o ya no se si muero lentamente
con cada exhalar cansado de mi boca
cada día que paso en este mundo cruel y ruin