Y derrepente ocurrió, la historia más triste de mi vida; nadie me preparó para afrontar aquel día, yo aún no sabía que llegaría.
Eran las 4 de la tarde y mis ojos aún ardían; era el comienzo más doloroso, no oír su risa no ver sus ojos.
Atrapada aquí en mi cama, hundida en silencio y entre letras desoladas; allí estaba mi canción, haciendo ecos en mi alma.
Era un triste final para alguien quien esperaba, ser rescatada por el amor de su amada.