Hablarte de mi,
de mis manos y besos.
Hablarte del cielo
y jamás de lo eterno.
Hablarte de viajes,
de alas sin vuelo.
De nubes desnudas
y el canto en silencio.
Hablarte de abril
en el frío de invierno,
de una luna sin sol
y de noches sin sueño.
Hablarte de mi
sin decir un te quiero
y callar para siempre
sin ojos ni dedos.