Tú vienes conmigo
y vas en mi pecho,
y en cada latido
me llegan tus besos.
Recuerdo tu cara,
tu boca, tu pelo,
la tierna mirada
de amor y embeleso.
Y veo tus manos
juntarse a mis dedos,
dejarme caricias
en forma de versos.
Recorren tus brazos
mis labios inquietos,
mis ojos se nublan
y buscan tu pelo.
Se escapa un suspiro
cual brisa del viento
que roza tu cara
con prisa y sin miedo.
Te amo, me dicen,
tus labios traviesos,
te amo, respondo,
y así yo te quiero.
Amor es la vida
y en ella bebemos
el néctar vibrante
que llena de fuego
Amor, yo te digo,
que aceptes mis besos,
mi sangre, mi vida
a ti te lo entrego.
Rafael Sánchez Ortega ©
02/08/24