Yo
Me llaman «Samuel Dixon», eso es cierto
y tengo, ¡oh, Rey del cielo, amigo mío!
La patria soñadora de Darío
y el numen de poeta, puerto a puerto.
Yo soy el labrador que está en el huerto
y cargo entre mi pecho un desafío:
la viva poesía en que confío
llenarla con las mieles del desierto.
En mí, corre la sangre guerrillera
y el eco de volcanes y colinas.
Yo llevo entre los hombros la bandera
‘azul y blanca’, de tierras campesinas.
Me llaman «Samuel Dixon», patria entera;
conmigo las estelas son marinas.
Samuel Dixon