\"¡Al fin de cuentas!\", en constelaciones de juguetes,
se devela mi semblante pacífico y enternecido,
con los entresijos de mi alma latiendo en crepúsculos.
Mi arboleda interna, vestida de gala, despliega alas de desafíos,
porque en su esencia de solsticios resplandece mi soledad,
asomando por las laderas de tus auroras,
¡florecidas y sonoras, sin insomnios ni artificios!
\"Con el corazón en la mano\", con todo lo que tenía,
en nieblas de rosas agrias, susurraron tu nombre,
desgranando momentos en lagos de silencios,
detectando mundos sombríos que alguna vez
fueron quimeras aladas de mi infancia, orbitando
en las espirales de Arquímedes, dando equilibrio
a las fuerzas de nuestro amor, ¡quemando anécdotas
en pernos jubilosos de domingos brumosos, corazones
ensangrentados de estrellas!
Te amé aún con mayor fervor en poleas de dolor,
mi amor, una lluvia hidrodinámica donde
invernaban nuestras almas, conjugando destellos
ante la locomotora de la eternidad.
¿Podrá durar para siempre cada curva que aletea
fuera de su origen sentimental?