En el jardín del alma, amor florece,
penitencia y solvencia se entrelazan,
transparencia del sol que nos embriaga,
y la luna en su luz nos estremece.
Cataclismo de estrellas que perece,
claudicación del tiempo que se apaga,
en el cielo, la noche se desplaza,
y en su sombra, el amor prevalece.
Es la danza de un sueño compartido,
es la llama que nunca se consume,
es el eco de un beso suspendido.
En la vida, el amor nos resume,
es la fuerza que nunca se ha perdido,
es la luz que en la sombra nos asume.