Después de una alargada desilusión… inconsolable,
y de una espera prolongada,
un silencio abrumador…que no insinuaba nada,
después de caminar sin rumbo…sin encontrar la salida…
y habiendo agotado los delirios,
cuando ya parecía que me había resignado…
y me había conformado con mi pálido pasado,
con miles de sueños rotos,
con un letargo que se iba arrastrando detrás de cada pisada…
marcando sus huellas de desconsuelo,
con la esperanza dándose por perdida….
y mi languidez sumisa a la inmensa soledad que me abrazaba.
Con la luz de la ilusión en extinción…
sin poder alumbrar ningún rincón del corazón,
con la pasión a cuenta gotas…
tratando de desvanecer su frenesí…
en el vacío de mis ganas moribundas.
Cuando ya había decidido mi retirada…
al ver a mi nostalgia apoderada de mi mirada…
fabricando lágrimas en mi retina.
Fue ahí que de manera inesperada…súbitamente…
apareció en mi delante…tu rostro brillante…
tus ojos penetrantes…de dulcísima magia,
asomó tu sonrisa de gracia inmaculada …
coqueteándole a mi presencia apagada.
Tú, la improvisada…de perfil impresionante,
la de asombroso semblante…
con garbo de perfecta,
de refinada postura,
de imagen impecable,
la mujer ideal…
la niña de espíritu inocente…
la dama elegante,
tú la señora ardiente…
la luz que iluminó aquel pretérito de tinieblas,
la amiga imperecedera…
la incondicional compañera…
la tan esperada amante.
Ahora tú… aquí…frente a frente…
incontenible…
pero tan natural y cierta….
tan real como existente.