jvnavarro
DIARIO DE VERANO XXXVII (LA GIOCONDA ME SEDUCE)
Sus ojos atrayentes,
desnudos,
se esconden
tras una cortina,
no dan respiro,
todo lo ven,
todo como suyo lo sienten.
Todo en ellos
es cristalino transparente
reconvertido
en diamante frío,
con su punto
de misterio,
con total conjuro
del cerebro que recibe
impulsos nerviosos
de especial calibre
a través de un circuito
de células fotorreceptores
volátiles.
Todo se pone en funcionamiento
para cuando se convierten,
sin saber uno
el por qué ni el dónde,
las señales en imágenes.
Disfruté de ese cuadro
creo que me enamoré del arte,
de ella no pudo ser
por mucho tiempo
que estuve delante,
echándole mi mirada fija
de halcón que sabe,
que la pieza está lista
si al menos mueve
una sonrisa vaga
que delate ser complaciente,
en cumplir los deseos
de quien la pintó
tan mona y lisa
ya Gioconda para siempre.