¿Qué es lo que quiero decir,
con mi incipiente palabra,
para que llegue a tu lado
lo que me quema en el alma?
Quisiera decirte, amor,
lo que hay tras la ventana,
lo que dictan mis latidos
para animar tus pestañas.
Y es que suspira mi boca
y la lengua se me para,
sin atreverse a decir
el contenido que guarda.
Porque tú vienes conmigo,
y a mi lado, traes la gracia,
del susurro de tus ojos
y la luz de tu mirada.
Y me animas con tu risa,
tus ocurrencias y charla,
y avanzamos por las calles
entre palomas y plazas.
Vivamos, pues, esta vida,
de mil carencias y faltas,
atendiendo a tantos sueños
que el cielo azul, hoy nos manda.
Y sigamos siendo niños
en esta dorada infancia,
que nos protege y anima
a seguir bajo sus alas.
Y así seremos, si quieres,
los peregrinos del alba,
dos poetas, caminando,
y que, en sus versos, se aman.
Rafael Sánchez Ortega ©
03/08/24