El Corbán

A LA AUSENCIA DE MIS HIJOS

En la penumbra de la noche tan oscura,

mi alma susurra una melancólica añoranza,

Gabriela y Matías, con su mente ingenua y pura,

son ecos de un anhelo que en mi pecho danza.

 

Sus ausencias, sombras que el alma inundan,

cada lágrima me cuesta revelar,

mi corazón, en silencio, sus voces confunden,

y en su recuerdo hallo mi lamento inmortal.

 

A pesar de mi dolor oculto en el alma,

mi pecho lleva una tristeza velada,

en cada instante, su memoria calma,

el vacío profundo de una vida ignota y añorada.