La busco y ella se esconde
la encuentro y desaparece
la llamo y no me responde
quizás, mi amor no merece.
Y cuando temprano ronde
los días, (si me apetece),
aún sin saber adónde,
el alma le pertenece.
A veces llega de intrusa
y toca, sin previo aviso,
de forma que es muy profusa.
Y a veces, tan de improviso,
con un sentir muy preciso.
Así, así es ella… ¡mi Musa!