Ante la inteligencia emocional,
el equilibrio es un alma con poco balance.
Un camino poco habitado,
por falta de entendimiento emocional.
El corazón tiene un latido,
que hipnotiza a la mente,
creando un vértigo emocional,
donde los sentimientos se agitan.
Cuando el corazón crece y se desvanece,
la razón se eclipsa,
y el espacio para racionar se esfuma,
como humo en el viento.
El alma busca estabilidad,
en medio de mareas emocionales,
y el balance se convierte en arte,
donde el sentir y pensar se abrazan.
Solo cuando la mente y el corazón,
bailan en armonía,
el verdadero equilibrio se alcanza,
y el alma encuentra su paz.