Levanta la cabeza y recuerda quien has sido.
Camina sobre tu orgullo y atrás deja el pasado.
Por todos los que están, los que han quedado
y por los que no pueden estar, los que han partido.
En el vaivén interminable de los días y las noches
donde se mecen mil historias que jamás fueron contadas
dormitan en su cama de hojas, elfos, duendes y hadas,
esperando a que despiertes y de nuevo les des nombres.
El amanecer se tiñe de primigenios y suaves colores
para recibir serenamente a todas las antiguas almas
que cien veces han vuelto para levantar estas tierras
hundidas y acabadas por el malfacer de los hombres.
Ningún miedo hay en sus ojos de sabia mirada,
iluminada por la luz de los antiguos guerreros,
rostros con viejas heridas y por arrugas surcados,
¡Cabalgad de nuevo, empuñad otra vez lanza y espada!
Se hará todo lo que haya que hacer, otras veces ya se ha hecho.
Por eso a tí te lo digo: levanta la cabeza y recuerda quien eres.
Por las criaturas que pueblan esta tierra, por todos los seres,
los tangibles e intangibles. Existir en paz es su derecho.
Y aunque pueda ser un trago amargo renacer de nuevo,
piensa que estarás en un escenario distinto al anterior
donde las almas viejas, ponen de todo lo aprendido, lo mejor.
Y, como dijo el poeta, que el final sea el principio de algo más bello.
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