Déjame reafirmarte en mi memoria,
las arenas del tiempo son seniles,
son las tormentas negras que sepultan
las más preciosas flores de mi huerta.
Deja poner cadenas de conciencia,
no ha de ser que los vientos me la arranquen,
y, ay de mí, si me quedo en la penumbra,
completamente solo en la desdicha.
El tiempo pasa sin siquiera verlo,
con una procesión de olvidos flacos…
Déjame reafirmarte en mi memoria,
bebiendo de tus senos el recuerdo.