Pilar Luna

CRUZADA: INVOCACIÓN

Una batalla más,

sin caparazón,

sin ardides dañinos,

y no voy a darle la espalda,

aún entre perdedores

y difuntos que caminan.

Lejos de la vida monacal,

una rosa fresca

por nuestro valedor,

San Jorge, patrón de Aragón,

líbranos de los dragones

y condúcenos en la batalla.

Un saludo militar,

San Miguel Arcángel,

jefe de los ejércitos celestiales.

En plena cruzada

esta dama invoca,

con los caballeros que la rodean

y su espada a vuestro servicio

en esta jurisdicción,

a las Órdenes Militares,

Temple, San Juan y Calatravos,

proteged nuestros bosques,

libradlos de todo mal,

y nos acogemos a vuestras reglas,

observancias y ordenaciones

por nuestro honor,

por nuestra conciencia.