Destello de palabras
Sembré en tu amor la gloria de todo el pensamiento
gritando a siete mares, mi niña, yo te cuento
que vives en mi sueño, que anhelo tu querer.
Por ti yo apuesto el alma, resisto hasta la muerte
y lucho sin pensarlo sabiendo que tenerte
es vívida proeza, divina y gran mujer.
Mi amor es un cultivo que puse en tu pradera
y pasan muchos días, la espera, desespera...
y sigue el sentimiento de pie en el batallón:
estoy acá de nuevo, ¡qué bella eres, criatura!
por ti, muy locamente me invade la locura,
grabando tu retrato con miel del corazón.
Samuel Dixon