Darse cuenta
Un día se adivina algo que está allí,
en los almanaques, subrayado
como un presagio íntimo;
y uno deja pasar los días,
pero, allí, siempre una señal
callada entre los números
y los onomásticos,
Algo se insinúa, algo está ahí
y cae de la página de los libros
y cae cuando abrimos la heladera
se muestra como una mancha
en los espejos, nos palpa
como funda de las almohadas
insinúa que está por venir
y nos avisa y nos mira cada vez
desde los paisajes
desde las películas
desde la borra del café
desde los ojos de los otros
Hay veces que es preciso hablar
con la verdad, íntimamente,
cara a cara y sentarse
a los dos lados de la mesa,
uno con uno mismo,
y darse cuenta
Sacarse o ponerse los anteojos
mirar desde el espejo de los otros
desnudarse los caprichos
los orgullos
la vanidad
Sentarse a los dos lados de la mesa
uno con uno mismo
y saber que uno sabía
que el mundo tal cual se ve
no se le parece
y hacer las paces
y abrazarse
y desnudarse
y des nu darse