Yo te amo, ¡oh Patria mía! con ardor infinito
Con el amor que encierra mi pecho sin igual
Amor que no se agota, que no tiene límite
Amor que sólo cabe en el pecho inmortal.
Te amo como ama el hijo a la madre que adora
Como ama el fiel creyente a la santa Sión
Te amo con la ternura que el pecho atesora
Con la sublime fe que arrebata el corazón.
Eres para mí, Patria, el todo de mi vida
La luz que me ilumina, la estrella que me guía
Eres el ancho campo do brota enardecida
La planta de mi anhelo, la flor de mi alegría.
Fuiste tú en otros tiempos la espada fulminante
Que trazó con su filo los surcos de la lid
Fuiste la voz potente que en grito resonante
Hizo temblar al déspota en su dorado sillín.
Hoy eres la paloma que extiende sus serenas
Alas de paz y gracia sobre la tierra amada
Eres la maga eterna que en sus canciones plenas
Nos ofrece la dicha de la virtud sagrada.
Por eso, oh Patria mía, te amo con locura
Con el amor que llena mi pecho sin igual
Amor que es mi delicia, mi orgullo y mi ventura,
Amor que sólo cabe en el pecho inmortal.