Conozco enfermedades que tienen nombre propio.
Esas que duelen mucho y suelen llamarse de varias maneras.
José, Pablo, Maria, Camila, mi vida, amor mío ( usted podrá poner aquí el nombre que mejor le convenga o quizás ya no le convenga)
Se vuelven algún tiempo incurables, pero con nombre. Para que no se olviden .
Así mismo pasa, con aquel pedazo de madera que vive por ahí y llamamos Puerta.
Por donde entro la enfermedad y luego salió a dar la vuelta.
Como aquél día gris y de lluvia, ese día frío que se llama Agosto, que viene de visita una que otra vez y llega con Melancolía.
Nombre también esas cosas húmedas que caen de mis ojos, Lágrimas llevan por nombre.
Ni que decir de ese dolor de pecho y pesar en el alma, Corazón Roto le llaman.
Para este momento Tiempo, mi nombre a de ser cualquiera que no sea propio y sea de otro.
Para ver si así nombrar deja de doler en el Alma .