No conozco a las gentes
que pululan incógnitas,
no comprendo las cosas
y me asusta el mañana…
Me descubro en la noche,
caminando sin rumbo,
descubriendo verdades
que son antes que el tiempo,
aunque no quise verlas…
No comprendo el silencio
de los pájaros lánguidos,
ni recuerdo mis ojos
cuando fueron sinceros…
Tengo miedo del tiempo
que camina sin freno,
solo espero que albatros
me acompañen volando
cuando parta en mi barco
navegando hacia un cielo
dibujado en penumbra…
Buscaré la sonrisa
de Rhaenyra, encendida,
cuando llegue a mi puerto,
y en tinieblas opacas
descubriré su espíritu:
soy intruso en su mundo,
y eso pesa tan fuerte
que universos enteros
se descubren minúsculos…