Hace tiempo que sigo diciéndote lo mismo. Hoy, con tu pelo blanco y faros tenues, te digo: ¿me quieres, Vashti?
Tu mirada se pierde en la blanca nieve donde cada invierno vamos a la montaña. Mis recuerdos me confrontan: ¿me quieres, Vashti?, como cuando caen las primeras nevadas de nuestra entrega.
Y solo abriga el calor de nuestros cuerpos al unirse en un vasto beso. Susurro en el oído: ¿me quieres, Vashti?
En cada caricia nos fundimos: ¿me quieres, Vashti? Solo son los recuerdos de esta mente que me juega una broma.
¿Dónde estás, amor de blanca cabellera, como la nieve de nuestras entregas?