Del amor que no se comparte
hablan los poetas,
nada más hermoso
que el canto de los árboles,
melodía de las hojas
al calor de la alborada
con el punto de colmena
tejido por el bosque.
Los árboles azules tienen
los ojos color avellana,
de cristal y de rocío,
néctar de agua de Afrodita,
en la fuente retozando
no atiende a razones,
hierba en el suelo
de cuerpos verdes y puros
que se funden y son aire,
que nacen de la espuma
cerca de los dioses,
amor, cierra tus ojos de sal
o nunca terminará la noche.
Briosos son los sueños cristalinos
que alejan las vanidades
si me abrazas en el bosque.