(continuación de Puty club)
Asimismo Molly, se había puesto muchas cosas postizas, una para aumentar sus pechos y sus glúteos y también para no ser reconocida ante los padres. Ellos llevaban a sus hijos al mismo colegio que al suyo.Muchos de ellos frecuentaban el puty club.Esto era claramente una complicación,porque exponía su vida licenciosa, y no quería que esto salpicara al pequeño, de ocho años.Por eso decide enviarlo a las afueras de la ciudad, a un internado. Allí se aseguraría que recibiera una educación acorde y ella podría compartir algún que otro fin de semana, como cualquier otra mujer.Llevar a su hijo al parque, comer palomitas en el cine o simplemente reirse mucho entre los dos. Quien los conoció, decía que tenían una relación muy cómplice, les divertía las mismas cosas. Jugaban a las escondidillas, y tiraban piedritas en el agua para hacer sapitos.Cuando pasaba algún fin de semana y ella no podía ir, el niño se empezó entristecer, ya que creía que su madre no lo quería más. Era muy chico para explicarle lo que pasaba.
Faltas y regaños de sus maestros, no tardaron en llegar a oídos de Molly. Ella entró en una depresión profunda...Ya no podía complacer a sus clientes así como tampoco, ir a ver a su hijo. Lo llamaba por teléfono y el niño lloraba,le preguntaba por qué no había ido. Ella se le hacía un nudo en la garganta, contenía el llanto y le decía que la semana entrante iría.Una tarde sin pensarlo mucho se suicidó. En la autopsia, se determinó que había ingerido una gran cantidad de estupefacientes y alcohol..
(rosi12)