Un pedacito de cielo,
un tesorito de amor,
una primorosa flor
que satisface mi anhelo;
incomparable consuelo
ante el oscuro dolor,
ese íntimo fervor
que me libró del desvelo;
fuente de inmensa ternura
oculta del corazón;
mi luminosa verdad;
esa llamarada pura,
una franca compasión:
auténtica libertad...