Desde el fondo de mi nada,
Mi alma te alaba inmensamente
Me refugio bajo tus alas, ¡Oh Yaveh!
Señor de los ejércitos y Salvador mío.
Mi espíritu miserable, indigno de Ti,
¡a Ti clama! con esa vehemencia
que brota desde la inmundicia
que yace en el abismo de mi maldad.
¡Oh! Yaveh, Jesucristo, Espíritu Santo
Santísima trinidad, tres personas
¡un solo Dios verdadero! Dios Trino,
eres mi esperanza, en quien confío
en quien espero y en quien CREO.