Hay querida mía
a veces quisiera cambiar este hastío
por un beso tuyo,
escuchar en breve tu voz.
Que adelgaza
el paso del tiempo
mientras se cobija de nieve
el cabello,
o se turbe el tiempo;
escuchar por siempre
ese claro viento
de sentirme viejo -quizás-
pero …¡nunca!... derrotado y yerto.
Hay querida mía
-te quiero- -me quieres-
Cuánto afecto hay en un abrazo
¡(Qué levanta tanta polvareda)!
…al diablo este hastío
¿qué carajos quiere…?
-te quiero- -me quieres-
este es el resumen del dolor que muere
por eso lo cambio por mirarte breve.
Hay querida mía
dejaré entonces que la piel se arrugue
que la cana cubra mi cabello negro,
entonces y sólo entonces
cambiaré este hastío
por un beso tuyo.