Que las palabras se ahoguen en el silencio,
que los recuerdos se pierdan en el tiempo,
que la sabiduría se oxide en el olvido,
que las historias se desvanezcan en el viento.
No se puede permitir que lo sabido
se convierta en secreto no compartido,
que el conocimiento, por callado,
sea un tesoro nunca desenterrado.
Porque en el silencio muere la memoria,
y en el olvido se extingue la historia.
las verdades deben ser proclamadas,
las experiencias, siempre relatadas.
Que nuestras voces se alcen con vigor,
que nuestros labios sean portadores,
de aquello que no debe ser olvidado,
de aquello que debe ser recordado.
No se puede permitir que las cosas,
por sabidas se callen,
y por calladas se olviden,
ya en el recuerdo, nuestro legado vive.