Añoro tus risas,
tus abrazos llenos de serenidad,
cual brisa suave acariciando mi alma en soledad.
Eres mi sol, el cielo de mis días turbios,
la estrella que guía mis pasos
en la oscuridad de este túnel.
En cada suspiro,
en cada brisa que oxigena mi corazón,
resuena tu nombre como espuma ahogada en la arena
recordando que eres mi razón de amar,
mi refugio en los profundos corales.
Vuelve a brillar tu luz sobre mi soledad dormida
regresando cual aurora a iluminar mi cielo,
pues sin ti, mi estela es un mar sin rumbo,
un jardín marchito que anhela florecer.
Regresa a mí,
oh fuente de marfiles blanquecinos
como la vida que retorna tras la noche que se desangra.
Y juntos, enlazados como la línea de la orilla a un golfo
brillemos al final de un túnel donde la luz aparece.