Akihito Saito

MAÑANA

Si muero.

Perdóname si muero

ya no podré hablarte,

no abriré la puerta de verano,

lloverá silencio, no podré salvarte.


No estaré donde quisieras

próximo a un abrazo, 

envolverás el vacío

con suerte una silueta

de tu nostalgia incontenible.


¿Qué puedo darte, amor?

si no, anticipación a lo inevitable:

el invierno de mi sangre

el páramo de mis labios

el remanso de mi existencia.

¿Qué puedo decir, antes de dejarte?

Que quiero mirarte lo más que pueda

como hace un perro con su compañero

previo a la ceguera.

Que los días contigo, dijo Vilariño,

valieron como el más largo amor.

Que durante ese tiempo no fuiste mía

porque bastaba con estar,

y, sin embargo, no seremos más.

No estaré más que aquí

donde la muerte jamás llegará,

aquí, en lo escrito para ti.