En la oscuridad profunda de la melancolía,
se sumerge el alma en un mar de sombras,
cada suspiro es un eco de penas y sobras,
en el silencio, la tristeza se desafía.
Las sombras se alargan en la noche callada,
cada estrella es un destello de nostalgia,
en el abismo de la mente, la bruma se desplaza,
en la melancolía, el corazón se halla.
El peso del pasado se posa en los hombros,
cada recuerdo es un susurro en la memoria,
en la oscuridad, se gesta la historia,
de un alma que en la melancolía se asombra.
En la profundidad de la noche sin estrellas,
la melancolía se convierte en compañía,
cada lágrima es un río de poesía,
en la oscuridad, el alma encuentra sus huellas.