En la penumbra de la noche,
donde el silencio grita tu nombre,
cada rincón lleva el eco
de un amor que ya no responde.
Te busco en cada sombra,
en cada sueño que se disuelve,
pero solo encuentro la ausencia
de lo que un día fue nuestro.
Y me duele el alma al recordar,
los días que juntos solíamos estar,
cada promesa que se fue al viento,
cada beso se convirtió en lamento.
Ya no queda más que el eco,
de un amor que se desvaneció,
y en mi corazón solo queda
la tristeza de tu adiós.
Los recuerdos son fantasmas
que me atormentan en la noche,
cada risa, cada caricia,
se convierte en un dolor que no cede.
Las cartas que nunca enviaré,
se acumulan como lágrimas secas,
y en cada una, un susurro de lo perdido,
de un amor que nunca más regresa.
Y aunque intento seguir adelante,
cada paso se siente en vano,
pues sin ti, el mundo es gris y frío,
y el tiempo se detiene en el llanto.
Ahora en la soledad me encuentro,
y el amor se ha convertido en dolor,
pues sin ti, cada día es una eternidad,
y la tristeza es mi único amor.