Enrique del Nilo

A LA CAZA DE POESÍAS

Acomodo en mi matungo

los pesados fardos de recuerdos,

ilusiones no alcanzadas, promesas no cumplidas

y las eternas ansias de gritar

que heredé de mi gente

 

Al trotecito corto voy por la vera

con la mirada al cielo

al acecho constante de un poema,

de un verso, de una rima,

de un estribillo...

 

En la fronda de los sauces

canturrean los zenzontles

trinos que anuncian la claridad

que aún se le niega al camino

 

Acuso espuela al costillar

de mi redomón matungo

que se encabrita y repara

al sentirse lacerado

por el alfiler de mis ansias

 

Tiro un escupitajo de curiosidad

sobre el camino andado

y veo pintada la senda

con pinceladas escarlata

de los retazos que he ido soltando;

hay también bojotes de pensamientos inconfesos

envueltos en cuartillas mancilladas

con tintas libidinosas

contaminadas de pasiones y deseos

 

El andar cansino mi montura acusa

y relincha en llantos

de desesperanza

desde mi frente se vierten gotas de fatiga

que enmugrecen mi mano

cuando las enjuga

llevándose en el dorso

tantas ilusiones fallidas,

recuerdos inconfesos

y más de alguna cuita

 

¡Es inútil!

he andado caminos

desde la aurora hasta el ocaso

y mi senil mirada

no pudo captar poesía