No voy a mentirte,
a veces se me enceguese
el corazón cuando te dejo
en la puerta de tu departamento,
y camino sin ver mis pasos,
vuelvo a mi casa de memoria
y siempre me pregunto,
¿cuántos autos me atropellarían
por cruzar la esquina y, asimismo,
cuántas veces moriría
por volverla a cruzar?.
Creo, te confieso,
que por un beso
arriesgaría más
que mi vida,
arriesgaría nuestra
amistad
que hoy parece
tan vacía,
la mandaría a ciegas
a cruzar
la esquina.